¿Qué son los fondos de inversión, cómo funcionan y qué tipos hay?

Guía de finanzas
Los fondos de inversión son la herramienta perfecta para invertir de la mano de un equipo de profesionales, diversificando nuestros ahorros y desde cantidades al alcance de cualquiera. Tanto si no sabes qué es un fondo de inversión como si quieres profundizar más acerca de cómo funcionan, cómo tributan y qué tipos de fondos de inversión existen, te contamos las claves en este artículo.

Construir una cartera de acciones y otros activos es una tarea difícil para un inversor de a pie. Por ello, la mayor parte de las personas necesita contar con la ayuda de expertos que sepan guiarlas a la hora de moverse dentro del mercado. Esto, en resumen, es lo que ofrece un fondo de inversión. Desde el punto de vista técnico es una Institución de Inversión Colectiva (IIC) que junta las aportaciones realizadas por un grupo de inversores en una “hucha común” y lo invierte en distintos tipos de instrumentos financieros, como acciones cotizadas de empresas.

Hay miles entre los que elegir: invierten en una gran variedad de mercados y clases de activos, como capital privado, bonos, liquidez, inmuebles y, a veces, incluso en otros fondos. Más adelante te explicamos todos los tipos de fondos de inversión que existen.

El concepto del fondo de inversión fue ideado en 1774 por un comerciante holandés llamado Adriaan van Ketwich, que creó un fondo fiduciario de inversiones con el objetivo de incentivar el ahorro mediante pequeñas cantidades de capital. Evidentemente, no se equivocó. El nombre de aquel fondo fiduciario, Eendragt Maakt Magt, significa «la unión hace la fuerza»: palabras que conviene recordar mientras se hace frente a los altibajos del mercado.

 

Cómo funciona un fondo de inversión

Como explicábamos al principio del artículo, un fondo de inversión aglutina el dinero de muchos inversores (que reciben el nombre de partícipes) para invertir de manera colectiva en distintos activos financieros. 

Las decisiones sobre cuándo comprar o vender los activos corresponden a un equipo gestor experimentado cuyo trabajo se basa 24/7 en analizar oportunidades de mercado y hacer seguimiento de los activos que ya están en cartera. 

Con esta fórmula, un pequeño inversor puede acceder a invertir en una cartera diversificada de activos financieros desde importes muy bajos, algo que le resultaría complicado comprándolos uno a uno, al margen de que el hacerlo a través de un fondo es más óptimo fiscalmente (como te explicamos al final del artículo).

En el momento en el que cualquier persona opta por invertir en un fondo de inversión, lo primero que debe decidir es en qué fondo comprar participaciones, ya que existe una gran variedad, que conlleva un mayor o menor riesgo según el mercado subyacente en el que invierta. Es importante recalcar que el inversor potencial debe primero decidir en qué invertir, teniendo en cuenta su propia percepción del riesgo, su situación financiera y el plazo de tiempo en el que esté dispuesto a invertir. No es lo mismo invertir en acciones tecnológicas, tan de moda actualmente, pero sujetas a grandes variaciones en sus cotizaciones, que hacerlo en bonos del Estado, mucho menos propensos al riesgo. Asimismo, no es aconsejable inmovilizar todo nuestro dinero, ya que pueden surgir gastos imprevistos a corto plazo que nos podrían obligar a deshacernos de la inversión a pérdida. En este sentido, es aconsejable dejarse asesorar por un especialista de la inversión, acudiendo por ejemplo a nuestra entidad bancaria habitual. 

Los fondos se adquieren mediante lo que se denomina la suscripción, por la que el inversor (llamado partícipe) adquiere participaciones, que representan su porción de propiedad de la cartera de activos que componen el fondo. El valor de la participación se mide por el valor liquidativo, que se calcula dividiendo el valor total del fondo por el número de partícipes existentes.

La suscripción se asemeja a la compra de cualquier otro activo financiero, la única diferencia siendo que el fondo tiene una ventana de liquidez más limitada que otros activos financieros como, por ejemplo, las acciones, que se pueden comprar y vender en continuo. En regla general, los fondos suelen calcular un valor liquidativo diario (aunque existen otras frecuencias), es decir que el partícipe puede comprar o vender sus participaciones una vez al día. 

Según se produce la compraventa de participaciones, el patrimonio del fondo va variando, lo que le permite al equipo gestor comprar o vender títulos en la cartera. Dichos títulos van asimismo variando en sus cotizaciones, lo que produce el incremento o disminución del valor liquidativo.

A partir de ahí, el inversor puede decidir vender sus participaciones, lo que se denomina reembolso, de manera a beneficiarse de la potencial revalorización del valor liquidativo en el tiempo. 

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Tipos de fondo de inversión

Hay distintos tipos de fondos de inversión en base a diferentes criterios.

Por el activo en el que invierten

  • Fondos de renta fija: los fondos de renta fija invierten en emisiones de deuda como fondos, obligaciones, bonos del Estado o pagarés de gobiernos o empresas. Se trata de instrumentos de ahorro e inversión asociados a un bajo riesgo y una menor rentabilidad en comparación con otros fondos. Su precio variará en función de la evolución de los tipos de interés y del riesgo de crédito de los gobiernos o empresas emisoras. El término "Fijo" hace referencia a su plazo de vencimiento y a su cupón: el interés que paga el emisor de la deuda si ésta se mantiene hasta su vencimiento.
  • Fondos monetarios: es un tipo de fondos de renta fija, pero su particularidad radica en que invierten en activos a muy corto plazo como letras del Tesoro o, depósitos.… Son fondos con muy bajo riesgo y pensados para el corto plazo.
  • Fondos de renta variable: los fondos de renta variable invierten, al menos, el 75% de su capital en acciones de empresas que cotizan en bolsa. Se caracterizan porque se desconoce cuál será su rentabilidad futura cuando se suscribe el fondo-de ahí el término “variable”- y no ofrecen garantía de que se vaya a devolver el capital invertido. Por ello, su riesgo es mayor que en los fondos de renta fija, pero tienen un mayor potencial para generar rentabilidades más atractivas.
  • Fondos mixtos: los fondos mixtos son aquellos que combinan activos de renta fija con otros de renta variable. El porcentaje de renta fija y renta variable cambiará en función de la política de inversión de cada fondo, adaptándose al perfil de riesgo de los inversores. Cuanto más agresivo sea, mayor proporción de renta variable tendrá en cartera.
  • Fondos de materias primas: este tipo de fondos invierte en activos como metales preciosos (oro, plata…), recursos energéticos o recursos agrícolas.
  • Fondos multiactivos: este tipo de fondos de inversión permite mezclar varios activos (más allá de solo renta fija y renta variable) en una misma cartera, con distinto tipo de riesgo y cuyas perspectivas dependen de factores diferentes, lo que supone un paso adicional en la diversificación.
  • Fondos alternativos: como su nombre indica son fondos que invierten en activos no tradicionales como bienes raíces, deuda privada, y capital privado. Ofrecen ventajas como diversificación, potencial de rendimiento alto, protección contra volatilidad del mercado, y acceso a oportunidades únicas de inversión. Sin embargo, también pueden implicar mayores riesgos y costos, y pueden ser menos líquidos que las inversiones tradicionales.

 

Por el estilo de gestión

Otro tipo de clasificación puede realizarse dependiendo de la gestión. De esta manera, se puede escoger entre fondos de gestión activa y los fondos de gestión pasiva. 

  • Fondos de gestión activa: los fondos de gestión activa están coordinados por gestores de fondos profesionales que deciden qué activos comprar y vender, de acuerdo con los objetivos de la cartera de inversiones. Si un sector o clase de activos particular empieza a subir o bajar, el gestor puede reasignar el dinero en función de dichas fluctuaciones. Evidentemente, la gestión de este tipo de fondos conlleva un cierto coste, porque su objetivo es ganar más que el resto del mercado, es decir, aspiran a obtener rentabilidades más elevadas que los fondos de gestión pasiva.
  • Fondos de gestión pasiva: por el contrario, los fondos de gestión pasiva, o indexados, replican la evolución de un índice bursátil. El comportamiento del fondo siempre será similar al del índice y el rendimiento estará anclado de forma pasiva a la evolución del mercado. Al no haber un equipo gestor detrás, las comisiones son más reducidas, pero también lo puede ser la rentabilidad con respecto a algunos fondos de gestión activa. Aspiran a replicar el comportamiento del mercado, no a superarlo. Dentro de la gestión pasiva conviene distinguir los fondos indexados de los ETF (Exchange Traded Funds por sus siglas en inglés). Los primeros ofrecen liquidez diaria, según lo que describíamos anteriormente, mientras que los segundos ofrecen la misma liquidez que las acciones, ya que cotizan en continuo. 

Conocer cuál de los dos estilos de gestión adopta un fondo es determinante a la hora de prever sus resultados y estimar los costes de gestión.

Por la política de reparto de beneficios

Muchas empresas que cotizan en bolsa reparten anual o trimestralmente parte de sus beneficios con sus inversores o accionistas, lo que se conoce como dividendo. En función de lo que decida el equipo gestor hacer con estos pagos de dividendo, los fondos de inversión se dividen en:

  • Fondos de acumulación: el gestor reinvierte el dinero que ha recibido en dividendos en comprar más participaciones de empresas y hacer que el patrimonio del fondo crezca.
  • Fondos de distribución: este tipo de fondos de inversión reparten esos beneficios periódicamente entre los partícipes (inversores) del fondo.

El tipo de fondo de inversión más común es el fondo de inversión de acumulación que, además, es más ventajoso fiscalmente, ya que si recibes ese “reparto” de los fondos de distribución debes tributar por él cada vez. 

Por su criterio de selección de activos

Aunque un fondo sea de renta variable, por ejemplo, e invierta en bolsa, dentro de ese universo, puede tener una especialización. Así, podemos encontrar fondos de inversión sectoriales (en función del sector de las empresas en las que invierte), por áreas geográficas (fondos con objetivo en el mercado europeo, con foco solamente en empresas americanas o en renta variable asiática, por ejemplo). 

En esta categoría también podemos encontrar fondos temáticos, ligados a una megatendencia que es transversal a distintos sectores e incluso activos. Por ejemplo, fondos que buscan aprovechar la tendencia de las Smart Cities, fondos de Inteligencia Artificial o robótica o fondos para invertir en agua, un bien cada vez más escaso.

Por su nivel de riesgo

Por último, los fondos de inversión se pueden clasificar según la escala de riesgo que implican para el inversor. Para los fondos que se venden en España, el regulador,  la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha establecido una escala del 1 al 7. Esta escala puede situar a los fondos entre un 1 (menor rendimiento y riesgo) y un 7 (mayor rendimiento y riesgo). 

Por ejemplo, un fondo de inversión monetario por norma general se colocaría en una escala de 1, para un inversor muy conservador, y uno de renta variable pura podría llegar a tener una calificación de riesgo 7, para los inversores más arriesgados. De todos modos, como indicábamos anteriormente, antes de invertir en un fondo de inversión, es conveniente ir de la mano de un experto o un asesor financiero que evalúe nuestro perfil de riesgo y pueda proponernos así los productos más adecuados.

Fiscalidad de los fondos de inversión

En España, la fiscalidad de los fondos de inversión es una de sus principales ventajas respecto a otras alternativas de inversión. Hasta que no se realiza un reembolso final no se pagan impuestos. Hasta entonces, los traspasos de un fondo a otro no suponen ninguna tributación para el inversor. 

Es decir, un inversor puede cambiar de fondo de inversión de forma ilimitada haciendo un traspaso y no tiene que declarar o tributar por lo invertido hasta que no decida recuperar el importe (efectuar un reembolso). Aquí, es importante resaltar que los ETF no se benefician de esta ventaja fiscal.

¿Qué pasa si he perdido dinero con un fondo de inversión? En España, una vez que se reembolsa o se vende el fondo de inversión, si se ha perdido dinero, se puede compensar durante los cuatro ejercicios siguientes o con las ganancias obtenidas en otras inversiones.

En el caso de haber obtenido un beneficio, en España éste tributa por el impuesto sobre la renta de las personas físicas, o IRPF. El tipo de retención a aplicar dependerá de los beneficios reportados, teniendo en cuenta que tanto el País Vasco como Navarra cuentan con tablas de retenciones propias. Para el resto del país:

  • Los primeros 6.000 euros: 19%.
  • De 6.000 a 50.000 euros: 21%.
  • Entre 50.000 y 200.000 euros: 23%.
  • Entre 200.000 euros y 300.000 euros: 27%.
  • Más de 300.000 euros: 28%.

Qué es el valor liquidativo de un fondo de inversión

Otro de los términos que debemos conocer a la hora de invertir en un fondo de inversión es el valor liquidativo. Este nos muestra el valor de las distintas participaciones una vez descontada la parte proporcional de las comisiones. En definitiva, es la división del patrimonio del fondo entre el número de inversores con los que cuenta en ese momento. 

Este cálculo se hace en el cierre de mercado en el caso de que sea un fondo de activos cotizados, aunque existen excepciones. Estas se dan en los hedge funds, o fondos de inversión libre, que tienen que realizar el cálculo al menos una vez cada trimestre; los fondos de inversión inmobiliaria, que lo tienen que hacer mensualmente; y los fondos financieros, que deben realizar esta operación, al menos, cada dos semanas.

Invertir en fondos de inversión

Como hemos recalcado al principio, construir tu propia cartera de acciones es un proceso difícil y que requiere mucho tiempo invertido en seguimiento de los mercados, además para un inversor particular resulta complicado poder invertir en varias empresas o activos a la vez con una cantidad que tenga sentido y de forma eficiente en cuanto a la fiscalidad. Por ello, la opción más popular es invertir en fondos de inversión para no tener que ocuparte personalmente y asegurarte de que tus inversiones son monitoreadas por profesionales.