Descubre los tipos de productos de renta fija

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La renta fija suele estar asociada a perfiles de inversor conservador, ya que es una clase de activos financieros que suele presentar un riesgo inferior al de la renta variable. Pese a esto, la mayoría de las carteras diversificadas incluyen instrumentos de esta clase.
Renta fija

Seguramente hayas oído hablar de la renta fija como instrumento de inversión. Se trata de una de las clases de activos más populares que existen a la hora de invertir y poner nuestros ahorros a disposición del mercado. ¿Quieres saber qué es la renta fija y qué tipos de productos existen? Solo tienes que seguir leyendo.

¿Qué es la renta fija en el mundo de las inversiones?

Cuando hablamos de instrumentos de renta fija, nos referimos a emisiones de deuda como obligaciones, bonos del Estado o pagarés de gobiernos o empresas que, por lo general, se asocian a bajos niveles de riesgo y una menor rentabilidad en comparación con otros productos de inversión, tales como las acciones cotizadas, comúnmente clasificadas como renta variable.

La denominación “renta fija” no significa que estas emisiones de deuda no coticen en los mercados financieros (al igual que lo hacen las acciones en bolsa), o que su precio no varíe. Su precio varía en función de la evolución de los tipos de interés y del riesgo de crédito de los gobiernos o empresas emisoras, así como el nivel de oferta o demanda que puedan tener en el mercado secundario (donde los inversores negocian la compraventa de valores ya emitidos previamente). El término “fijo” hace referencia al plazo de vencimiento de la deuda y a su “cupón” (el interés que paga el emisor de la deuda si ésta se mantiene hasta su vencimiento). Como aclaramos más adelante, la existencia del cupón dependerá del tipo de instrumento de renta fija.

Invertir en renta fija: qué tipos existen

La renta fija se puede clasificar de diferentes maneras, dependiendo del factor que utilicemos para analizarla.

Una manera de clasificar las inversiones en renta fija es según el periodo de vencimiento. En este caso podemos distinguir entre renta fija a corto plazo y renta fija a largo plazo.

En el primer caso hablamos de instrumentos con plazos de vencimiento que van desde las 24 horas (comúnmente conocidos como mercado monetario) hasta los dos años. Estos ofrecen una mayor liquidez, lo que facilita su venta en el mercado secundario, y también un menor riesgo.

La renta fija a largo plazo abarca instrumentos con vencimientos superiores a los dos años. Estos ofrecen una rentabilidad mayor que los de corto plazo, pero, como sucede siempre en el mundo de las finanzas, esta mayor rentabilidad viene asociada a un mayor riesgo.

Otra forma de catalogar la renta fija es según el rendimiento. En este caso distinguimos entre productos de rendimiento explícito e implícito.

En los productos de rendimiento explícito el inversor recibe pagos en concepto de intereses de manera periódica. En este caso, se suele percibir un cupón cada seis o doce meses.

En el caso de los productos de rendimiento implícito, solo se recibe un pago en el momento del reembolso. Es decir, la rentabilidad viene determinada por la diferencia entre el precio que se paga por el instrumento y el que se obtiene en el momento de la amortización.

Pero la manera más común de clasificarla es según el tipo de emisión. Atendiendo a este parámetro podemos distinguir entre productos de renta fija pública y productos de renta fija privada.

Renta fija pública

La renta fija pública es la deuda emitida por un Estado, por Comunidades Autónomas en España, o cualquier otro organismo público, con el objetivo de obtener financiación, cubrir sus gastos y aumentar los ingresos obtenidos mediante impuestos. Dentro de esta categoría, destacamos los siguientes instrumentos en el caso de España:

Letras del Tesoro

Son activos emitidos por el Estado a través del Tesoro Público con el objetivo de obtener financiación. Se trata de valores a corto plazo (inferiores a un año) que se emiten en subasta a partir de 1.000 euros y siempre se compra un múltiplo de esta cantidad mínima. En la actualidad, se emiten a tres, seis, nueve y doce meses. Su rentabilidad resulta de la diferencia entre el precio de adquisición y el de reembolso.

Bonos y obligaciones del Estado

Son activos iguales que las Letras del Tesoro en características y funcionamiento, salvo por el plazo. De esta manera los Bonos del Estado se emiten a tres y cinco años, mientras que las Obligaciones del Estado son a 10, 15 y 30 años.

Renta fija privada o deuda privada

Es la deuda emitida por las empresas que, en función de sus objetivos o proyectos, necesitan obtener financiación externa. Entre las emisiones de renta fija privada encontramos los siguientes productos.

Pagarés de empresa

Se trata de valores a corto plazo, de entre siete días y 25 meses, aunque generalmente los plazos suelen variar de uno a dieciocho meses. En general, las empresas emiten estos valores cuando no tienen acceso a financiación por parte de instituciones crediticias no prefieren no endeudarse con ellas . En ese caso acuden al público y, como se consideran inversiones de mayor riesgo que las emisiones públicas, los préstamos suelen solicitarse a tipos de interés más altos.

La rentabilidad se genera de la diferencia entre el precio de compra y el valor del pagaré en la fecha en la que se amortiza. La colocación de estos pagarés suele resultar de la negociación directa entre el inversor y la entidad financiera, aunque también pueden realizarse mediante subastas.

Bonos y obligaciones simples

Los bonos son un préstamo a un tipo de interés determinado durante un periodo de tiempo fijo. Al final de este, la empresa reembolsa a los particulares con intereses, además del valor original del bono.

Los bonos se usan para financiar proyectos y operaciones y sus propietarios se convierten en acreedores del emisor. Los detalles de los bonos incluyen la fecha final en la que el préstamo debe ser devuelto al titular del bono, y normalmente incluyen los términos de los pagos de intereses, que pueden ser variables o fijos, realizados por el prestatario.

La diferencia con las obligaciones simples reside en el plazo establecido. Los bonos son valores de deuda a corto y medio plazo, entre uno y cinco años, mientras que las obligaciones son valores a largo plazo, desde los cinco años hasta varias décadas.

Obligaciones subordinadas

Las obligaciones subordinadas son similares a las simples. La diferencia es la prioridad de cobro en caso de quiebra. En las obligaciones simples cobrarás el dinero con la misma prioridad que el resto de acreedores, mientras que en las subordinadas cobrarás por detrás de estos.

Titulizaciones hipotecarias

Es un método de financiación que usan las entidades financieras. Estas agrupan préstamos hipotecarios que han concedido, normalmente de características similares, en una cartera para después colocarla a inversores. Esta estrategia permite a las entidades obtener financiación y reducir su exposición al riesgo crediticio.

Invertir en renta fija

La inversión en renta fija suele estar asociada a perfiles de inversor conservador, ya que este tipo de instrumentos suelen presentar niveles de riesgo inferiores a los de la renta variable. Dicho esto, una sana diversificación requiere que toda cartera de inversión incluya, en mayor o menor medida según su nivel de riesgo, instrumentos de esta clase de activos.

La renta fija es uno de los puntos fuertes de Pictet Asset Management y ofrecemos una amplia gama de estrategias que incluyen tanto fondos del mercado monetario, de deuda pública en mercados globales, regionales o emergentes, como fondos de deuda corporativa, todos ellos con diversos niveles de vencimiento.