Para comprender qué se entiende por mercados privados, es suficiente pensar en las bolsas de valores y centrarse en todo lo que no se negocia en ellas. En otras palabras, la definición de mercados privados incluye todos los instrumentos financieros que no son negociables en una o varias bolsas de valores (como NYSE, Nasdaq, IBEX, entre otras). El término "mercados privados" se opone directamente a "mercados públicos", es decir, las bolsas de valores.
Mercados de capitales privados: algunos ejemplos
En la actualidad, las carteras gestionadas por fondos de capital privado representan alrededor del 5% de las acciones cotizadas en los mercados regulados, pero el interés por los mercados privados es cada vez mayor. Son muchos los actores que pueden acceder a estos mercados, como fondos de pensiones, compañías de seguros, inversores institucionales o de alto patrimonio neto.
Para poner cara, o al menos una descripción, a estos mercados, es importante entender qué activos son los más comunes. A través de la estrategia de capital riesgo es posible:
- Financiar a empresas que no cotizan en bolsa con el objetivo de aumentar su valor y luego venderlas para obtener ganancias por la apreciación de precios.
- Prestar dinero a empresas que no cotizan en bolsa a un tipo de interés superior al que obtendríamos comprando títulos de deuda pública (en este caso hablamos de deuda privada).
- Invertir en propiedades inmobiliarias (bienes inmuebles).
- Invertir en infraestructuras, financiando proyectos importantes para el país como redes de comunicación, ferrocarriles, carreteras, aeropuertos.
- Invertir en recursos naturales, centrándose en materias primas como metales preciosos, gas y petróleo.
¿Por qué los mercados privados atraen cada vez más capital?
Hay principalmente tres razones por las que cada vez más inversores, incluidos los no institucionales, eligen los mercados privados. En primer lugar, estos mercados ofrecen menor liquidez, lo que permite estabilizar las carteras con una buena diversificación a largo plazo.
La segunda razón es precisamente la diversificación en sí misma. Agregar inversiones en mercados privados a una cartera brinda la oportunidad de diversificar debido a la amplia gama de soluciones y modalidades disponibles.
La tercera razón tiene que ver con el potencial de obtener mayores rendimientos a largo plazo, ya que las series temporales muestran rendimientos superiores a los de las clases de activos tradicionales.
Además, para aquellos preocupados por las inversiones éticas, existe una cuarta motivación: al elegir cuidadosamente las entidades en las cuales invertir, se puede contribuir a mejorar el tejido económico y social de una zona o país, apoyando el desarrollo de proyectos sostenibles o combatiendo la pobreza, por ejemplo.
Qué hay que tener en cuenta si decides invertir en mercados privados
La cuestión de la iliquidez también tiene sus desventajas, porque los intercambios tienen lugar entre inversores privados sin una plataforma como garantía, lo que complica el proceso y alarga el tiempo que se tarda en vender y comprar en comparación con los mecanismos de las bolsas de valores. Dada su complejidad, los mercados privados requieren una gran capacidad de valoración y gestión, por lo que es esencial recurrir siempre a gestores competentes en la materia. En efecto, es muy importante equilibrar el perfil de riesgo-rentabilidad diversificando la cartera; además, los mercados privados requieren un planteamiento de comprar y mantener a largo plazo.
Tampoco podemos dejar de mencionar la transparencia de la información. Las empresas que cotizan en bolsa están obligadas a revelar una gran cantidad de datos a los mercados con cierta frecuencia, con el objetivo de proporcionar toda la información adecuada a los inversores. Sin embargo, esto no ocurre en los mercados privados, donde los actores no están obligados a divulgar información sobre activos, modelos de gestión y datos.