Todos los sectores de la economía se ven impactados por la transición hacia un modelo sostenible. Como resultado, el mercado laboral ha experimentado cambios significativos, adaptándose a las nuevas exigencias de las empresas. El objetivo es contar con una fuerza laboral preparada para la era verde.
¿Por qué se habla de transición energética?
En palabras del catedrático Pedro Linares, la transición energética se define como “un cambio significativo en el sistema energético de un país, de una región, o incluso, a nivel global”. A lo largo de la historia, el mundo ha atravesado diversas transiciones energéticas, desde la adopción masiva del petróleo hasta la expansión de la energía nuclear tras la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, la actual transición se centra en la urgente necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que están detrás del cambio climático. Esto implica priorizar la generación de energía eléctrica limpia sobre los combustibles fósiles para mover el mundo.
Este proceso busca transformar un sistema energético que contribuye a la emisión de gases en uno que sirva a la sostenibilidad, con el objetivo, establecido en el Acuerdo de París de 2015, de limitar el calentamiento global por debajo de los 2°C.
Hacia la transición energética: medidas clave
¿Cómo se puede transformar el sistema energético actual en uno más sostenible? La meta es alcanzar un modelo libre de combustibles fósiles, para lo cual es necesaria una colaboración colectiva.
Este cambio de paradigma no solo se centra en la energía limpia, sino también en reducir los costes asociados. El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 7 de las Naciones Unidas aboga por lograr acceso universal a energía limpia y asequible de manera segura y moderna.
Según el Índice de Transición Energética, aunque la ruta hacia la energía verde continúa, los avances globales desde 2021 hasta 2024 son cuatro veces inferiores a los registrados entre el 2018 y 2021. En efecto, solo 21 de 120 países lograron progresar en las tres dimensiones de la transición: sostenibilidad, equidad y seguridad.
No obstante, el informe BloombergNEF Report destaca que las inversiones en energías limpias alcanzaron un récord de 1,8 billones de dólares en 2023, aunque todavía representan solo un tercio de lo necesario para alcanzar emisiones netas cero para 2030.
Estrategias para mantener el impulso
Según el Foro Económico Mundial, las claves para avanzar en esta transición son:
- Priorizar normativas que fomenten la descarbonización y la eficiencia energética.
- Adoptar la transformación digital y la IA para desbloquear la productividad y acelerar la innovación.
- Garantizar la equidad energética para los hogares vulnerables.
- Conectar la oferta y la demanda de energía para anticipar futuras inversiones.
- Adaptar los esfuerzos a las necesidades específicas de cada país.
El mundo laboral se adapta a la revolución verde
En este contexto, el mercado laboral se convierte en el centro de atención. ¿Cómo impacta la transición energética en los distintos puestos de trabajo y sectores? La segunda edición del informe World Energy Transitions Outlook apodado ‘Efectos socioeconómicos de la transición energética’ prevé que la economía global podría crecer un 1,5% en términos de PIB hasta 2050 y generar hasta 40 millones de nuevos empleos, de los cuales 18 millones estarían vinculados a las energías renovables.
Este informe también anticipa que el sector de las renovables triplique su tamaño para el año 2050, con Asia liderando el crecimiento (55%), seguida de Europa (14%), América (13%) y África Subsahariana (9%).
¿Qué perfiles serán los más demandados?
Según una investigación del Instituto de Economía de Barcelona, se buscarán principalmente perfiles relacionados con la gestión de la demanda eléctrica, complementados con habilidades en tecnologías digitales. Algunos de los puestos más solicitados incluirán:
- Ingenieros en energías renovables y vehículos eléctricos
- Técnicos instaladores de paneles solares y energía eólica
- Analistas de datos
- Auditores energéticos
- Especialistas en reciclaje de materiales
- Diseñadores de productos sostenibles
- Expertos en gestión ambiental
- Matemáticos y estadísticos
- Analistas de políticas energéticas.
Por el contrario, los empleos que podrían verse perjudicados por la transición energética y la automatización incluyen aquellos relacionados con las fuentes de energía fósiles y ciertos trabajos administrativos, tales como:
- Gestión documental
- Call centers
- Industria de la minería del carbón
- Sector del petróleo y gas, como ingenieros o técnicos de refinerías
- Mecánicos y profesionales de talleres dedicados a vehículos de combustión interna
- Trabajos en el ámbito de la energía nuclear.
A pesar de ello, el Instituto de Economía de Barcelona subraya que, en general, los conocimientos actuales de los profesionales del sector son insuficientes para llevar a cabo esta esperada “revolución” en energías renovables y sostenibilidad ambiental. Se sugiere, como solución, una colaboración más estrecha entre empresas y el sector educativo para potenciar el desarrollo de habilidades.
La inversión, clave en esta transición energética
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