¿Se pueden sustituir las emisiones contaminantes? La compensación de emisiones en el foco

Inversión sostenible 3 min. de lectura
Descubre los principales proyectos de compensación de emisiones, las críticas que suscitan y el futuro de esta práctica.
Compensación de emisiones

Ante los efectos que el cambio climático ya provoca en el planeta Tierra, son muchas las iniciativas, las inversiones y los organismos que se han organizado para dar respuesta a la problemática. Uno de estos actores principales ha sido las Naciones Unidas. El organismo supranacional ha abordado, entre otras cosas, la cuestión de la compensación de emisiones a través de la Convención Marco sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

¿A qué nos referimos al hablar de compensación de emisiones? Al mecanismo que permite a individuos, empresas o gobiernos neutralizar o equilibrar las temidas emisiones de gases efecto invernadero (como las de dióxido de carbono o CO2) con la financiación de proyectos que reducen o capturan las emisiones de carbono en otro lugar. Podemos decir que se trata de “compensar” unas emisiones por otras para evitar seguir acumulando gases nocivos en la atmósfera terrestre.

Compensación de emisiones: mecanismos supranacionales

En septiembre de 2015, la ONU ya lanzaba una plataforma para hacer el cálculo de las emisiones que se generan a título personal o empresarial. La herramienta proporciona el equivalente de esas emisiones en toneladas de CO2 y propone la compra de Reducciones Certificadas de Emisiones (RCEs), una “moneda de cambio” que ya usan varios proyectos de compensación de emisiones. Al adquirirlas, las emisiones emitidas se compensan con el apoyo a proyectos verdes y que se realizan en países en vías de desarrollo.

Su precio ha variado con el tiempo y su tendencia ha sido a la baja. En 2008 el precio del crédito se ubicó por encima de los 20 euros la tonelada de CO2. Más tarde, entre 2009 y 2010, el precio de la tonelada se movía entre los 10 y los 15 euros. A partir de ese año, su valor descendió hasta estabilizarse en 2013.

Fuente: Sylvera, empresa especializada en emisiones de carbono.

La Convención Marco de la ONU sobre el cambio climático ha generado mucho más que solo una herramienta. Gracias a su existencia, se han puesto en marcha diversos mecanismos de gran importancia a nivel global, entre ellos, el Protocolo de Kioto y el Acuerdo de París.

De hecho, dentro del Protocolo de Kioto, otra de las herramientas clave de compensación de emisiones es el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL). Con él, los países desarrollados pueden financiar proyectos de reducción de emisiones en países en desarrollo y recibir créditos de carbono que pueden usarse para cumplir con sus objetivos de reducción de emisiones.

En esta categoría también encontramos a la compensación de emisiones en los mercados de carbono, regulados por la CMNUCC y otros organismos.

Compensación de emisiones, también en los mercados privados: principales proyectos

Son muchas las iniciativas privadas que buscan ponerle solución al cambio climático a golpe de compensación de emisiones.

Una de los más conocidas es el programa International Carbon Reduction and Offset Alliance (ICROA) , una organización sin ánimo de lucro que nació en 2008 con el fin de impulsar estándares en la industria y garantizar que la compensación de carbono se utilice dentro de un marco general establecido de reducción de carbono.

Pero este es solo un ejemplo. La compensación de emisiones funciona sobre todo en entornos en los que una entidad no puede reducir todas sus emisiones directamente e invierte en otras iniciativas para que disminuyan las emisiones en otro lugar.

Entre las iniciativas privadas más comunes de compensación de emisiones encontramos proyectos de reforestación y protección de bosques, cuyo objetivo es absorber el exceso de dióxido de carbono de la atmósfera. También encontramos proyectos de energías renovables (como los parques eólicos y solares que reemplazan el uso de combustibles fósiles) y los de mejora de eficiencia energética, que incluyen, por ejemplo, la reducción de emisiones en los procesos industriales gracias a nuevas tecnologías y prácticas más sostenibles.

De forma general, estos proyectos privados adquieren el mismo funcionamiento que los de compensación de emisiones supranacionales. ¿Cómo? Por cada tonelada de CO2 que se evita, se generan créditos de carbono que pueden adquirirse por parte de las diferentes entidades para compensar sus emisiones y con el objetivo de generar impacto neto sobre el clima.

Críticas a la compensación de emisiones

Aunque la compensación de emisiones se ve con buenos ojos por prácticamente todo el mundo, lo cierto es que, en torno a ella, han surgido voces críticas.

¿En base a qué? Entre las principales pegas que se le achacan es que es una estrategia que se sigue sobre todo en los países subdesarrollados y que, además, la medición de su verdadero impacto es compleja y los datos son poco fiables y/o imprecisos. Además, los críticos consideran que es una tarjeta de salida de empresas contaminantes para limpiar su nombre.

Sin embargo, y pese a que todavía existen reticencias, desde el Word Economic Forum destacan que la mayoría de estas preocupaciones ya se han resuelto, gracias, en parte, a las nuevas tecnologías y los proyectos que las avalan. Así, destacan que mientras la medición en la compensación de emisiones es cada vez más precisa, el consenso sobre las emisiones de carbono de las empresas tiene claro que se debe seguir la ‘jerarquía de la mitigación’. Esto significa dar prioridad a la reducción de sus propias emisiones "internas", luego a las de sus cadenas de suministro y solo entonces pensar en compensar lo que queda.

Próximos pasos: escalones que cumplir e inversiones responsables

Tal y como señala el World Economic Forum, la compensación de emisiones es una excelente herramienta para alcanzar la neutralidad en carbono. De generalizarse, el organismo considera que se podrían reducir las emisiones globales, se incentivarían a las empresas a reducir sus emisiones y aumentaría en gran medida la financiación climática hacia las zonas más pobres del mundo.

De esta forma, aunque todavía existen retos como el aumento de la inseguridad económica, la contabilidad y la posible inestabilidad de los precios, un sistema completo y blindado de compensación de emisiones nos puede llevar hacia un planeta Tierra neutro en emisiones de CO2.

Para ello, es importante apoyar con las inversiones a proyectos que se basen en cumplir con los objetivos sostenibles.