Consecuencias del envejecimiento demográfico de España

El envejecimiento de la población que sufre España afectará en los próximos años a todos los ámbitos de la economía. Este fenómeno que ya ha redefinido el proceso de jubilación y ha puesto en entredicho la viabilidad del sistema de pensiones tendrá consecuencias sobre la productividad la fiscalidad el consumo o la inflación.

Tomando el estudio  “Envejecimiento poblacional. La transición demográfica: una reflexión en torno a su impacto económico y sobre la Seguridad Social”, elaborado por el Servicio de Estudios de MAPFRE, el desarrollo económico bajará el ritmo debido al envejecimiento poblacional que acusa España. En este sentido, el segmento poblacional de más de 65 años por lo general no invierte ni se apoya en instituciones financieras para salvaguardar su ahorro, según el informe. La menor propensión a invertir reduce los recursos financieros disponibles, mermando su solvencia de cara al futuro.

Consumo


Con respecto al consumo, hay que valorar que las personas jubiladas no entienden la renta disponible de la misma forma, lo que afecta al consumo. Estas asumen que, como mucho, su pensión se irá incrementando al mismo ritmo que la inflación. Por el contrario, los jóvenes, especialmente aquellos con buena formación académica, estiman que su poder adquisitivo irá aumentando con el tiempo, de modo que están más dispuestos a endeudarse para adquirir bienes duraderos, sostiene el informe de MAPFRE.

Empleo

El empleo es otro de los elementos que resultarán más afectados. La menor tasa de población activa, y la reducción de la productividad asociada al envejecimiento harán peligrar la cobertura de puestos de trabajo.

Por otro lado, los patrones actuales de cualificación puntual no serán válidos en el futuro, ya que la formación continua y el desarrollo de nuevas aptitudes a lo largo de la vida laboral serán indispensables para evolucionar en paralelo con el desarrollo tecnológico.

Déficit

Como resultado de una menor recaudación de impuestos indirectos —las personas mayores tienden a consumir en menor grado ciertos bienes con gravámenes altos, como tabaco, alcohol o combustible— la capacidad para contener el endeudamiento por parte del Estado será mucho menor.

Se hará necesario, indica el informe, remodelar el entramado impositivo para garantizar un aporte sustancial de los grupos de edad más avanzada, a fin de evitar una subida del déficit.

Producción


En términos de productividad, la principal dificultad será mantener este ratio en niveles altos a pesar del envejecimiento de la población activa. La reducción del gap tecnológico entre generaciones, y la tutela recíproca entre trabajadores jóvenes y mayores parece ser la clave para continuar siendo productivos en el futuro.

Inflación

Según el Banco Central Europeo, debemos estar preparados para el peor escenario, es decir, que los tipos se mantengan a cero por un periodo prolongado de tiempo. Las causas principales son la desaceleración del consumo y la tendencia al ahorro, dos características básicas de un país con la población envejecida, apunta el informe. 

Impuestos

El tejido poblacional de mayor edad no aporta lo mismo, en términos fiscales, que los segmentos más jóvenes. Así, el estudio aventura que la recaudación del IRPF caerá notablemente en el futuro.

Una previsión de futuro

Como puede inferirse, la economía de nuestro país se resentirá a consecuencia de este fenómeno a lo largo de los próximos 20 años. De hecho, superado ese marco temporal, y según las estimaciones más pesimistas recogidas en el documento de MAPFRE, en España habrá algo menos de dos individuos en edad de trabajar por cada persona que supere los 65 años.