A pesar de que el mundo sufre diversos conflictos geopolíticos, las batallas que encaran los países occidentales son, desde hace décadas, su clara tendencia al envejecimiento poblacional y las enfermedades asociadas a los malos hábitos alimenticios y la vida sedentaria, como la obesidad o la diabetes. En materia de edad, los datos hablan por sí solos. Según las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), en la Unión Europea, la población de personas con 65 años o más se ha elevado en cinco puntos porcentuales desde 2001 y hasta 2020. Ese año, la cifra de mayores de 65 años en Europa se situaba en el 21%, mientras que las personas de 80 años en adelante ya suponían casi el 6%. La cifra no ha dejado de aumentar desde 1975. Por el contrario, el grupo de los más jóvenes, de 0 a 19 años, se ha reducido en el periodo en 3 puntos porcentuales hasta el 20%.
Esta situación es el resultado de los avances de la medicina y las bajas tasas de natalidad del llamado ‘primer mundo’.
En el frente sanitario, asistimos a un importante aumento del gasto que pone en jaque la continuidad de nuestros sistemas de salud. Así, en enfermedades como la obesidad, según el estudio, ‘Actividad física y deporte: un nuevo enfoque del bienestar’, elaborado por el IESE, solo el coste sanitario directo de la obesidad supone en Europa entre el 2 y el 4% del gasto total.
El futuro sigue una clara tendencia
Aunque los datos que tenemos hasta la actualidad ya marquen una pauta de envejecimiento en la Unión Europea, las Naciones Unidas apuntan a una megatendencia a nivel mundial. Así, las previsiones de la ONU auguran que el porcentaje de mayores de 65 años pasará del 10% en 2022 al 16% en el 2050 en el mundo. Estas cifras suponen que esta franja de edad va a ser, en menos de tres décadas, más del doble de la cifra de menores de 5 años. Además, la franja de mayores será igual al número de menores de 12 años.
El potencial de la innovación farmacéutica, también para las carteras
Con todas estas características encima de la mesa, los sistemas sanitarios y de bienestar de los países corren el riesgo de quedarse obsoletos. ¿Qué deben tener en cuenta los países a la hora de gestionar los colectivos de mayores? ¿Cómo hacer de una sociedad envejecida una sociedad saludable? ¿Cuál es el coste de no estar preparados para esta tendencia “old”? ¿Cómo enfrentarnos al incremento de enfermedades ligadas a los malos hábitos de vida?
Aparte de que los poderes públicos tomen cartas en el asunto, por ejemplo, fomentando la actividad física, el sistema sanitario debe estar preparado. En este sentido, la inversión en investigación biotecnológica e innovación farmacéutica cobra una gran importancia. Además de generar un impacto positivo en la salud ciudadana, puede evitar grandes gastos a las arcas públicas.
Es un camino que afortunadamente están tomando los principales reguladores sanitarios del mundo. Así, por ejemplo, según el informe anual del centro de Evaluación e Investigación del Medicamento de la agencia reguladora del medicamento de Estados Unidos (la conocida FDA por sus siglas en inglés), solo en 2023 ha aprobado 55 nuevos fármacos basados en novedosos principios activos.
Entre los tratamientos aprobados, encontramos medicación para enfermedades infecciosas como la Covid19 o el VIH. También están en este listado medicamentos para afecciones neurológicas como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), el Alzheimer o la migraña, mientras que otro foco también se ubica en los medicamentos para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la obesidad. La propia FDA considera que estas aprobaciones tienen como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas y lograr una mayor esperanza de vida. Además, repercuten en una reducción del gasto sanitario público al disminuir la necesidad de hospitalizaciones.
La innovación frente a los nuevos retos sanitarios corre a cargo de los laboratorios farmacéuticos, donde la inversión es más que nunca necesaria para prevenir problemas de salud pública. El enfoque en la salud es toda una megatendencia que está impulsando el crecimiento de numerosas empresas del sector farmacéutico y biotecnológico, y sin lugar a duda merece la pena tenerlas en cuenta a la hora de posicionar nuestras carteras. Si estás interesado en invertir, te invitamos a conocer nuestra gama de fondos.