El camino hacia la descarbonización en seis etapas

Inversión sostenible 3 min. de lectura
El economista Chris Goodall, en su libro «What we need to do now for a zero carbon future», explica el estado de la cuestión, los costes y los próximos pasos de la transición ecológica.
El camino hacia la descarbonización

¿Qué hay que hacer para combatir el cambio climático? ¿A qué distancia estamos de la descarbonización? El economista Chris Goodall, en su libro «What we need to do now for a zero-carbon future», explica el estado actual, los costes y los próximos pasos de la transición ecológica en seis puntos: desde la eliminación de las emisiones de CO2 hasta la reducción de las proteínas animales, pasando por las innovaciones siderúrgicas.

1. El coste de llegar a Net Zero

Según el equipo de investigación dirigido por Mark Z. Jacobson, profesor de la Universidad de Stanford, el coste total de pasar a un sistema energético basado al 100% en fuentes renovables sería de 61,5 billones de dólares de aquí a 2050, lo que equivale a unos 2,2 billones de dólares al año, es decir, alrededor del 2,5% del PIB mundial y algo más del 10% de la inversión de capital anual actual en todo el mundo. Según el grupo, el retorno de la inversión para el gasto en descarbonización se produciría en sólo 6 años.

2. Eliminar las emisiones de CO2

En este campo se están probando varias soluciones. La empresa de pagos digitales Stripe lidera una coalición de grandes empresas que ofrecen financiación para experimentar con soluciones de descarbonización. El consorcio ha realizado seis nuevas inversiones en tecnologías que van desde el uso de cal para erosionar el polvo de basalto hasta la captura directa de aire, más barata. Carbonfuture, una empresa alemana centrada en la reducción del carbono, también anunció la prefinanciación de tecnologías de eliminación de CO2 con técnicas similares a las propuestas por el consorcio Stripe.

3. El paso a las proteínas no cárnicas

La consultora Boston Consulting Group (BCG) ha señalado que alrededor del 15% de las emisiones globales de carbono proceden de la producción de proteínas no cárnicas. Pero muchos consumidores ya eligen alternativas a la carne de forma cada vez más consciente: según los datos de BCG, el 31% de los consumidores cree que la principal razón para pasarse a las proteínas no cárnicas es el efecto positivo en la reducción de las emisiones de carbono.

Los datos sugieren que una inversión de un billón de dólares en proteínas alternativas a la carne podría reducir las emisiones en 4.400 millones de toneladas al año, mucho más que los 1.300 millones de toneladas que se reducirían con la misma inversión en descarbonizar el acero.

4. Electricidad a larga distancia

Las líneas de alta tensión ya pueden llevar electricidad desde zonas que producen mucha energía solar y eólica hasta las principales regiones consumidoras. Dos de los proyectos propuestos más importantes consisten en transportar energía de Marruecos al Reino Unido y de Australia a Singapur. Ambos requieren enlaces de unos 4.000 kilómetros, la mayoría de ellos bajo el agua. El coste de cada uno de los dos enlaces, según los defensores del proyecto, es de unos 20.000 millones de dólares. El enlace Marruecos-Reino Unido podría abastecer el 10% de las necesidades energéticas totales del país receptor, mientras que el flujo hacia Singapur promete cubrir al menos el 5% de sus necesidades.

5. Comercio de hidrógeno

La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) ha publicado un informe sobre el futuro del comercio internacional de hidrógeno. IRENA predice que alrededor de una cuarta parte de la producción total de hidrógeno podría ser objeto de comercio transfronterizo en 2050. El comercio ascendería a unos 150 millones de toneladas, de las cuales el 55% se transportaría a través de gasoductos y el resto principalmente por mar en forma de amoníaco, que es un portador más fácil de hidrógeno en distancias más largas que el propio gas licuado.

6. Hidrógeno verde en la producción de acero

Arcelor Mittal es uno de los mayores productores de acero del mundo y se ha comprometido a poner fin a la producción con carbón para 2050, prometiendo reducir las emisiones en más de un 35% en Europa para 2030. Es probable que estos objetivos se alcancen con el cambo al hidrógeno verde como combustible. Un proyecto que enlaza directamente con el trabajo de la empresa alemana RWE en el desarrollo de la energía eólica marina. Las dos empresas tienen la intención de construir parques eólicos en aguas alemanas que abastecerán electrolizadores cerca de las plantas siderúrgicas. Arcelor Mittal pretende producir unidades de 70 megavatios cerca de su planta de Bremen para 2026. Dada la gran cantidad de hidrógeno que necesitará la descarbonización del acero, el objetivo es garantizar fuentes de suministro fiables a lo largo del tiempo.