¿Qué es el tapering?

Guía de finanzas
En épocas de baja inflación, las instituciones centrales pueden poner en marcha el Quantitative Easing, como han hecho el BCE y la Fed recientemente. Sin embargo, también existe el tapering como herramienta de gestión de política monetaria.

Subida de tipos desde julio para contrarrestar la inflación galopante en el Viejo Continente. Esta es la receta del Banco Central Europeo (BCE) anunciada por su presidenta, Christine Lagarde. Y parece que la política de tipos altos nos acompañará durante mucho tiempo, si tenemos en cuenta que, desde principios de 2022, el BCE estima una subida del nivel de precios del 11%. Sin embargo, subir los tipos no es la única herramienta de la que dispone un banco central, hay varias más. Entre ellas, hoy profundizamos en el tapering.

La relación con el Quantitative Easing

Antes de adentrarnos en el mecanismo del tapering, demos un paso atrás y veamos qué se entiende por Quantitative Easing (QE): cuando una economía tiene problemas, el banco central del país puede intervenir para aumentar la cantidad de capital en circulación, inyectando liquidez en las actividades económicas con el objetivo de impulsar la recuperación.

La primera medida para ayudar a la economía real suele ser bajar los tipos de interés, pero si eso no es suficiente, el banco central puede empezar a comprar activos financieros como bonos del Estado o acciones de bancos comerciales para aumentar la actividad económica y generar nuevos puestos de trabajo.

De hecho, esto equivale a imprimir dinero nuevo y es lo que ha hecho el Banco Central Europeo con el Quantitative Easing desde 2015, para tratar de situar la inflación justo por debajo del nivel objetivo del 2%. Ahora, sin embargo, el Quantitative Easing no es el instrumento adecuado, porque el problema es que el nivel de inflación es demasiado alto, no demasiado bajo.

La necesidad del tapering

Aquí, si el QE puede verse como una intervención del banco central para bombear liquidez en el sistema-país, el tapering es ese camino que lleva progresivamente a la reducción de medidas extraordinarias de política monetaria como el QE. Se trata, por tanto, de la reducción del ritmo de compra de deuda pública, que, sin embargo, debe anunciarse y aplicarse en el momento oportuno, para no alarmar a los mercados financieros con un endurecimiento repentino e inmediato a las inyecciones de liquidez. Una segunda razón es la gestión de las expectativas tanto a corto como a largo plazo: un cierre repentino de los grifos también podría provocar una recesión.

Los orígenes del tapering

Hace más de diez años se empezó a hablar de tapering, concretamente en mayo de 2013, cuando el entonces gobernador de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, utilizó el término durante una comparecencia ante el Congreso para identificar una reducción de la política monetaria expansiva. El término "tapering" denota precisamente la ralentización por parte de un banco central del ritmo de compras de activos en el mercado, coherente con su estrategia de política monetaria.

Y efectivamente, tras esa intervención, en enero de 2014, la Reserva Federal comenzó a reducir su programa de Quantitative Easing (QE) de 75 mil a 65 mil millones de dólares, para luego continuar por esta senda y poner fin al QE en octubre de 2014. Con el tiempo y las formas adecuadas para no alarmar a los mercados ni a los inversores.