A lo largo de los años, el oro ha mantenido su estatus como el activo refugio por excelencia. La palabra "refugio" encapsula cómo este metal precioso se mueve, cambia de valor y se convierte en una opción de inversión segura.
El precio del oro
El precio del oro fluctúa, al igual que cualquier otra materia prima, y se expresa en dólares por onza. La Bolsa de Londres establece su precio dos veces al día, basándose en los intercambios comerciales. Aplicando la regla habitual, un aumento en las ventas disminuirá el precio, mientras que un aumento en las compras lo elevará.Los bancos centrales son los principales tenedores de oro. Muchos de los bancos centrales más importantes, como el Banco de España, han firmado un acuerdo llamado Central Bank Gold Agreement. Este acuerdo tiene como objetivo limitar la influencia de las instituciones en el mercado y, por ende, en el valor del metal precioso.
¿Por qué los bancos centrales acumulan reservas de oro? La Banca d'Italia explica que la compraventa de oro se realiza con fines financieros, para ajustar las reservas de los bancos centrales, obtener ingresos mediante depósitos y utilizarlo como garantía para obtener préstamos en el mercado. En los últimos años, los bancos centrales han vuelto a ser compradores netos de oro después de haber vendido durante casi dos décadas, lo que confirma la solidez de este metal.
Historia del activo refugio
Pero, ¿por qué el oro se ha convertido en un activo refugio? Hay varias razones fundamentales para ello. En primer lugar, su escasez juega un papel crucial. El oro es un recurso finito con una disponibilidad limitada, ya que solo puede ser extraído y no producido artificialmente. Sin embargo, la escasez por sí sola no es suficiente; también se requiere una demanda constante. El oro sigue siendo una mercancía altamente codiciada, no solo como una inversión financiera de bajo riesgo y como reserva de valor para los bancos centrales, sino también como un material utilizado en diversos sectores, desde la joyería hasta la tecnología.
Así, a lo largo de los años, el oro se ha convertido cada vez más en un refugio para quienes buscan inversión en tiempos inciertos. Si echamos la vista atrás a los últimos veinte años, por ejemplo, vemos no sólo que el precio de la onza se ha multiplicado por seis (estaba por debajo de 400 USD a principios de mayo de 2004 y ahora supera los 2.300 USD), sino que también se ha disparado en momentos de turbulencias financieras, es decir, en el estallido de la burbuja de las hipotecas subprime (2007-2008), durante la crisis de la deuda soberana (2010-2011) y durante la pandemia de Covid-19 (2020-2021).
¿Por qué está el oro en máximos?
Y aquí estamos hoy, en un momento de nuevas «subidas». Sólo en las últimas semanas, el oro ha alcanzado nuevos máximos históricos. ¿Por qué ahora? La respuesta a esta pregunta es también la razón por la que el oro puede convertirse en un activo valioso, especialmente para diversificar la propia cartera.
Como siempre, el resultado es una combinación de varios factores. Ciertamente, el panorama geopolítico es muy complejo, desde el conflicto ruso-ucraniano hasta las tensiones en Oriente Medio. Y, como se ha visto, en tiempos de incertidumbre el oro tiende a apreciarse.
Otro factor es la inflación, que se ha dejado sentir en los últimos años. Si el valor real de las divisas y de ciertos bienes se ve erosionado por el índice de precios, el del oro tiende a ir en la misma dirección. En esencia, se convierte en un «amortiguador» de la inflación.
También existe un vínculo entre el precio de la onza y las políticas monetarias. Cuando son restrictivas, ciertas inversiones (como los bonos, por ejemplo) tienden a volverse más atractivas. Si la política monetaria (de la Fed, en particular) se vuelve más expansiva, el rendimiento del oro vuelve a ser más atractivo en comparación con otros activos. También porque la flexibilización monetaria tenderá normalmente a estimular una actividad económica más fuerte y dará lugar a una inflación (algo) más pronunciada. Es cierto que, técnicamente, los bancos centrales aún no han extendido las cuerdas: los tipos están actualmente estancados. Pero tanto la FED como el BCE han declarado que el recorte está cerca, quizá ya en junio, y los mercados, incluido el del oro, se mueven como si ya fuera una realidad.