¿Necesita liquidez? Cómo vender bien sus acciones

Para vender valores en la Bolsa, el inversor puede escoger entre varias categorías de órdenes.

La orden de venta de valores en bolsa debe incluir varias menciones obligatorias. En función de sus objetivos, el inversor puede elegir entre diversas categorías de órdenes.

Para vender valores, conviene realizar una orden de bolsa y comunicarla a un intermediario financiero que se encargue de ejecutarla.

Cómo realizar una orden de bolsa

Para ser válida, la orden debe contener varias menciones. Para empezar, es necesario identificar a la empresa cuyas acciones se vayan a vender, indicando su código mnemónico o código ISIN. También deben constar en la orden de bolsa el sentido de la operación —en este caso, una venta— y la cantidad de valores que se desea enajenar.

Otro dato que hay que mencionar: el periodo de validez de la orden. Puede ser de un día, una semana, un mes o una sola sesión. Aunque siempre es posible establecer un periodo de duración más largo (como máximo 365 días), esta opción no interesará al inversor que desee vender rápidamente. 

La orden de venta también debe indicar el modo de pago deseado: al contado o en diferido, siempre que los valores en cuestión cumplan con los requisitos pertinentes para este sistema de pago. Por último, debe indicar el tipo de orden transmitida y, en su caso, mencionar un precio de venta. Efectivamente, en función de los objetivos del inversor, se pueden escoger diversas categorías de órdenes de bolsa.

Cómo elegir una categoría de orden de venta

Si decide realizar una orden limitada, el inversor debe mencionar en su orden un precio de venta, es decir, un límite mínimo de cotización por debajo del cual no se ejecutará la orden. Este límite permite al inversor asegurarse de que percibirá un precio mínimo por la venta. Atención: dependiendo de los precios observables en cada sesión, es posible que este tipo de orden solo pueda ejecutase parcialmente, o incluso que no pueda ejecutarse. La orden limitada suele utilizarse para garantizar la venta de valores cuando el precio de estos es volátil. 

Por otra parte, la orden de mercado puede ser más conveniente para el inversor que quiera vender muy rápidamente sus acciones sin marcarse un límite de precio. Dado que esta orden es prioritaria sobre todas las demás. Y se ejecuta de manera inmediata y en su totalidad. No obstante, la orden de mercado conlleva un mayor riesgo de pérdidas, en especial para las acciones poco líquidas. 

Con la orden por lo mejor, que sin duda constituye una solución intermedia, los valores se venden al mejor postor una vez puestos en el mercado. Esta orden solo puede ejecutarse parcialmente si las cantidades solicitadas son limitadas. En tal caso, el saldo restante de los valores se venderá en el marco de una orden limitada. La cotización a la que se hayan vendido los primeros valores servirá de referencia para esta orden. Si se realiza antes de la apertura de la Bolsa, se ejecutará en la primera cotización. 

Por último, las órdenes condicionadas o de activación condicionada se ejecutan automáticamente al alcanzar un determinado umbral de activación, al cual se aplica además un límite de precio para la orden condicionada. Si bien permiten optimizar una venta obteniendo un máximo de beneficios o limitar las pérdidas, es posible que no se ejecuten en su totalidad, o que incluso no se ejecuten. En este sentido, es posible que no sean adecuadas para satisfacer necesidades de liquidez a muy corto plazo.

Cuestiones esenciales a tener en cuenta

  • Una orden de bolsa debe contener varias menciones.
  • En función de la orden de bolsa que se escoja, puede incluir o no un precio de venta.
  • Se pueden seleccionar varias categorías de orden de bolsa en función de las prioridades del vendedor.