Desde principios de la década de 2000, los viajes en vehículos particulares en EE.UU. están en descenso. En aumento constante desde la Segunda Guerra Mundial, la conducción de automóvil entre particulares en EE.UU. ha caído en torno a 10% durante el último decenio.
Las megatendencias evolucionan con independencia del ciclo económico... cada una posee la capacidad para redibujar el panorama financiero.
De media, los americanos conducen ahora 500 millas anuales menos que en 2000, mientras que menos del 70% de los jóvenes de 19 años tienen permiso de conducir, frente a alrededor del 90% hace veinte años.
El encanto del automóvil parece en vías de seguir disminuyendo, y se prevé que las ventas de automóviles en EE.UU. caigan alrededor del 40% durante los próximos 25 años. Con el tiempo, podría haber menos de 100 millones de vehículos en las carreteras americanas, frente a los 250 millones actualesFuente: Barclays.
Las tendencias que cambian nuestro mundo
Las megatendencias son un grupo diferenciado de potentes fuerzas de cambio sociales, demográficas, medioambientales y tecnológicas que están reestructurando nuestro mundo. Estas tendencias evolucionan independientemente del ciclo económico, y aunque pueden desarrollarse de modos diferentes y a un ritmo diferente, cada una posee la capacidad para redibujar el panorama financiero. Bajo este punto de mira, observamos que la industria del automóvil está viéndose afectada por tres de las tendencias estructurales que forman parte de nuestro modelo.
Lo que hace especialmente importante entender e investigar las megatendencias es el hecho de que todos estos cambios están desarrollándose al mismo tiempo.
Analizándolas...
La primera es la sostenibilidad, o la mayor importancia que las personas, las empresas y los dirigentes están dando a proteger el medio ambiente y los recursos naturales del mundo. Debido a los daños medioambientales que causan, los automóviles están sujetos a regulaciones más estrictas y están perdiendo su atractivo entre los segmentos más jóvenes de la población.
La segunda es el desarrollo tecnológico, o el ritmo sin precedentes al que está evolucionando ahora la tecnología. En la industria del automóvil, esta tendencia se manifiesta de diversos modos, siendo muy evidente en el desarrollo de vehículos autónomos y en los vehículos eléctricos que están desarrollando empresas como Tesla.
La tercera tendencia que configura la industria del automóvil es el crecimiento de la economía de redes, es decir la mayor interconectividad de individuos y empresas, que está acelerando la transmisión de bienes y servicios del proveedor al receptor. Algunos describirían este fenómeno como la economía compartida, y una empresa que ha sabido aprovechar esta tendencia con buen resultado es Uber, el conocido proveedor de servicios de automóvil compartido.
Sin embargo, el progreso tecnológico, la creciente inquietud del mundo sobre la sostenibilidad de nuestro planeta y la economía de redes son solo tres de las muchas tendencias duraderas que influenciarán de manera significativa las interacciones entre personas, organizaciones y el medio ambiente durante los próximos años y decenios.
Existen otras muchas. Uno de los catalizadores del cambio menos intuitivo pero no obstante poderoso es la individualización. Es el proceso por el cual las personas están ejerciendo una influencia cada vez mayor en sus propios entornos, con la ayuda del auge de los medios sociales.
Otro es el cambio demográfico: cambios profundos en las poblaciones del mundo, incluyendo una mayor expectativa de vida y la expansión de los centros urbanos.
Centrarse en megatendencias no solo ha sido de gran valor durante épocas de incertidumbre y cambio financiero y económico, ha sido también una fuente de éxito en el campo de la inversión.
Lo que hace especialmente importante entender e investigar las megatendencias es el hecho de que todos estos cambios están desarrollándose al mismo tiempo.
Según Rudolph Lohmeyer, consultor y consejero del Global Business Policy Council de A.T. Kearney, una empresa de consultoría de gestión global, la tasa de cambio que el mundo está experimentando no tiene precedente.