Puede que las economías emergentes se hayan quedado rezagadas con respecto a las desarrolladas en la reducción del uso de combustibles fósiles. Pero ser las últimas en actuar puede tener sus ventajas.
Hoy en día, los países en desarrollo disponen de una gran cantidad de tecnologías asequibles con bajas emisiones de carbono y, si utilizan las tecnologías limpias con sensatez, las naciones emergentes podrían tomar la delantera a sus homólogas más ricas. Su adopción ya está avanzando a buen ritmo. Ya se trate de captura de carbono o de craqueo con vapor mediante energía renovable, de hidrógeno o de energía solar fotovoltaica, las soluciones con bajas emisiones de carbono atraen cada vez más capital de empresas radicadas en los países emergentes. Esto tiene una importancia especialmente crucial para las empresas que dependen del carbón en sectores difíciles de erradicar como los del cemento, el acero y la petroquímica.
Si esta tendencia se mantiene, como creemos que sucederá, invertir en la transición sostenible de las economías emergentes se convertirá en una oportunidad cada vez más atractiva a largo plazo.
No cabe duda de que la renta variable emergente pasará a formar parte del universo de inversión sostenible, atrayendo a un nuevo grupo de inversores hacia esta clase de activos.
Perfilando la transición verde
China es el ejemplo más destacado de las iniciativas de descarbonización de los mercados emergentes.
Es probable que, este mismo año, el país alcance el objetivo de limitación de las emisiones de carbono que se había marcado para 2030. Ya se ha convertido en el principal financiador mundial de tecnologías verdes tales como paneles solares, turbinas eólicas o baterías para vehículos eléctricos, y está alejando, de paso, su estructura industrial de la fabricación con altos niveles de emisiones. En junio, con objeto de consolidar su liderazgo mundial en el ámbito de las energías renovables, China conectó a la red eléctrica la mayor planta solar del mundo en Xinjiang, una región situada al noroeste del país. Este parque solar de 5 gigavatios (GW) ubicado en pleno desierto generará unos 6.090 millones de kilovatios hora (kWh) de electricidad al año, suficiente para cubrir las necesidades eléctricas de un país del tamaño de Papúa Nueva Guinea.
Otras potencias emergentes también están apostando por el sol. El parque solar de Bhadla, situado en un remoto desierto de Rajastán, en la India, tiene una capacidad de 2,7 GW, lo que representa algo más del 3% de la capacidad solar total del país. Esta instalación está ayudando a la India a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en unos 4 millones de toneladas de CO2 equivalente al año. Los Emiratos Árabes Unidos están desarrollando lo que esperan que sea el mayor parque solar del mundo en un único emplazamiento, con una capacidad de 5 GW para 2030. China y el resto de los países emergentes de Asia son, después de Europa, los que más gastan del mundo en tecnologías verdes en relación con su gasto en combustibles fósiles (véase la fig. 1), lo cual demuestra claramente su compromiso con la transición de sus economías.
Dando con la clave de la descarbonización
El mayor obstáculo climático para los mercados emergentes sigue siendo la descarbonización de los llamados sectores “difíciles de erradicar”.
En conjunto, sectores como los del cemento, el acero y los productos químicos representan casi el 70% de las emisiones directas de CO2 de la industria mundial. Entre ellos, los principales productores de acero y cemento se encuentran en economías emergentes como China y la IndiaSP Global, World Steel Association, World Cement Association.
No obstante, existen pruebas de que las empresas de los mercados emergentes están adoptando soluciones innovadoras para abordar este problema. En abril, Saudi Arabia Basic Industries (SABIC) puso en marcha, junto con empresas químicas británicas y alemanas, la primera planta piloto mundial de hornos de craqueo con vapor calentados eléctricamente a gran escala. Los craqueadores con vapor desempeñan un papel fundamental en la producción de sustancias químicas básicas y requieren una gran cantidad de energía para descomponer los hidrocarburos en olefinas y aromáticos. Según SABIC, esta nueva tecnología, que utiliza electricidad procedente de fuentes renovables, puede reducir las emisiones de CO2 de uno de los procesos de producción que más energía consumen de la industria química en al menos un 90% frente a las tecnologías que suelen utilizarse en la actualidad.
Como parte de su meta de producir acero sin emisiones netas de aquí a 2045, la empresa india Tata Steel sustituirá sus altos hornos en el Reino Unido por versiones nuevas y más ecológicas de arco eléctrico en 2027, en una transformación que reducirá las emisiones de CO2 de sus operaciones en territorio británico en 5 millones de toneladas anuales y las del Reino Unido en aproximadamente un 1,5%SP Global.
En otros casos también se está recurriendo a tecnologías avanzadas de reducción de las emisiones, como las de captura y almacenamiento de carbono (CAC), que también se consideran necesarias para la descarbonización de sectores difíciles de erradicar. Dos terceras partes de la captura total de CO2 en el mundo tienen lugar en economías en desarrollo. Por ejemplo, Malasia está construyendo tres grandes centros de CAC en alta mar en un proyecto que se completará en 10 años, y Arabia Saudí está construyendo una de las instalaciones de CAC más grandes del mundo.
Previsión de captura de CO2en el mundo
Fuente: AIE
Empresas de los mercados emergentes en transición
Los mercados emergentes no solo están acelerando su adopción de tecnologías limpias consolidadas. También están invirtiendo y liderando otras soluciones con bajas emisiones de carbono.
El líder chino de los vehículos eléctricos, BYD, es un buen ejemplo de cómo una empresa originaria de un mercado emergente ha arrebatado cuota de mercado a sus rivales internacionales y ha irrumpido tanto en Europa como en otros mercados desarrollados. Adani Energy Solutions, de la India, también planea ampliar su negocio de contadores inteligentes a escala mundial. La taiwanesa Wiwynn ofrece una tecnología de refrigeración líquida para aplicaciones en la nube, como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, que reduce el consumo energético mediante la disminución del uso de ventiladores y aire acondicionado en los centros de datos.
Otro buen ejemplo es la empresa ENN Energy. Es una de las principales distribuidoras de energía de China y está acelerando sus inversiones en gas natural, una energía fósil con menos emisiones de carbono que puede desempeñar una función importante como combustible de transición. El cambio del carbón al gas es una forma de atajar las emisiones difíciles de reducir en el sector energético de unas economías emergentes que, en muchos casos, pueden ser muy dependientes del carbón.
La empresa kazaja de extracción de uranio Kazatomprom está sacando partido del creciente interés por la energía nuclear como fuente de energía con bajas emisiones de carbono. Este reconocimiento, respaldado por iniciativas mundiales como la de Atoms4NetZero y sumado a las preocupaciones geopolíticas, hizo subir los precios mundiales del uranio a su nivel más alto en 17 años a principios de 2024, tras una subida del 100% en 2023. Todo ello debería reforzar la posición de Kazatomprom como mayor productor mundial de uranio.
El mundo no puede alcanzar las cero emisiones netas sin su ayuda. Afortunadamente, las empresas emergentes están desempeñando un papel importante en la transición mediante la utilización de una serie de soluciones innovadoras.
Turquía también ofrece otro caso prometedor de transición de un mercado emergente hacia las energías limpias.
Actualmente, más del 40% de la producción de electricidad de Turquía se basa en energías renovables, y se espera que esta proporción alcance el 54% en la próxima década. En lo que va de año, las ventas de vehículos eléctricos representan más del 20% de las ventas de automóviles en Turquía, frente a menos del 5% en 2021, aunque aún le queda mucho margen de crecimiento teniendo en cuenta que casi la mitad de las ventas de automóviles en Europa este año han sido de vehículos eléctricoshttps://www.iif.com/portals/0/Files/content/Research/240710_EVs_v2.pdf.
Las empresas turcas también se están expandiendo en el sector de las tecnologías verdes. Por ejemplo, Sabanci, uno de los mayores conglomerados industriales del país. Su filial ha adquirido el 100% de las acciones de Oriana Solar, una planta de energía solar ubicada en EE.UU, con una inversión que comprende 232 MW de energía solar y 60 MW de almacenamiento de energía. Otra empresa del grupo, Esarj, ha instalado más de 1.300 estaciones de recarga de alta velocidad para vehículos eléctricos en las 81 ciudades de Turquía hasta finales de 2023, aumentando su cuota de mercado hasta el 33% y convirtiéndose en el mayor proveedor del país. Otras inversiones de Sabanci incluyen la generación de energía eólica, la recuperación de calor residual y el hidrógeno, así como el aislamiento y los materiales de construcción sostenibles.
Mercados emergentes en transición
Los mercados emergentes albergan ya a cerca del 85% de la población del planeta y se espera que representen en torno al 60% del PIB mundial en 2050. No cabe duda de que sus emisiones brutas aumentarán en los próximos años.
Pero es precisamente por eso por lo que el mundo no puede alcanzar las cero emisiones netas sin su ayuda. Afortunadamente, las empresas emergentes están desempeñando un papel importante en la transición mediante la utilización de una serie de soluciones innovadoras. Los mercados emergentes pueden avanzar a pasos agigantados hacia tecnologías más verdes para satisfacer su creciente demanda de electricidad. De hecho, se encuentran en una posición privilegiada para aprender de las experiencias pasadas de los mercados desarrollados y acelerar el cambio.