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Inversión de impacto en mercados públicos

Renta variable activa
Aunque la inversión de impacto se originara en los mercados privados, está adquiriendo más importancia también en los mercados públicos. Nuestra estrategia Positive Change no se centra solamente en empresas que cuentan con unas buenas credenciales sociales o medioambientales, sino también en aquellas que pueden mejorar su impacto a través de la propiedad activa.

En el mundo de la inversión sostenible existe un debate abierto: ¿pueden los inversores en renta variable cotizada invertir con impacto? Nosotros creemos que pueden y, de hecho, que deberían hacerlo.

La creencia predominante hasta ahora era que solo puede lograrse un impacto apreciable mediante la inversión en mercados privados.

La inversión de impacto se remonta a la década de 1970 y, al principio, se realizaba a través de inversores privados que destinaban capital a proyectos específicos de carácter ecológico o socialmente responsable. Este enfoque lleva aparejado un doble beneficio: generar rentabilidades financieras y lograr cambios medioambientales y sociales positivos. 

La idea de que el private equity es la forma más idónea y eficiente de lograr impactos positivos está inextricablemente ligada a la noción de que los inversores privados tienen mucho más control sobre el destino del capital invertido.

Al fin y al cabo, la mayor parte de las inversiones que se llevan a cabo en los mercados de renta variable cotizada (aparte del proceso de oferta pública inicial y ofertas secundarias de acciones) no implican la captación de nuevos fondos y, por consiguiente, no dirigen el capital a ningún destino específico. De ahí se desprende el razonamiento de que los accionistas minoritarios de las empresas cotizadas tan solo pueden aspirar a alcanzar un impacto limitado comparado con el que pueden lograr los poseedores de participaciones importantes o accionistas mayoritarios en los mercados privados.

Esa afirmación puede ser cierta en algunos casos. Sin embargo, teniendo en cuenta la amplitud de los mercados públicos a nivel mundial, las empresas cotizadas causan un enorme impacto en el mundo y sus accionistas tienen la oportunidad de influir en ellas y cambiar sus prácticas para mejor. Incluso los accionistas minoritarios pueden contribuir a ello estableciendo diálogos y emprendiendo acciones conjuntas, entre otros ejemplos.

Este es el enfoque que utilizamos en nuestra estrategia Positive Change, que no solo invierte en empresas cuya huella social o medioambiental ya es considerable, sino también en aquellas que pueden mejorar sus credenciales ASG. Creemos que las empresas que se alinean con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU obtendrán rentabilidades superiores a lo largo del tiempo y que nosotros, como inversores, debemos poner de nuestra parte para motivarlas a continuar ese alineamiento.

El principal objetivo de la inversión de impacto es generar un impacto social y medioambiental positivo y cuantificable además de rentabilidad financiera.

Analicemos qué es realmente la inversión de impacto. Su definición viene dada por sus objetivos, no por el tipo de activo. 

Según la Global Impact Investment Network (GIIN), “la finalidad principal de la inversión de impacto es generar un impacto social y medioambiental positivo y cuantificable además de rentabilidad financiera”.

Debe existir intencionalidad y tiene que ser cuantificable. No cabe duda de que es posible alcanzar este objetivo de la inversión de impacto tanto a través de la inversión en mercados privados como en mercados públicos.

La GIIN explica además que el impacto de las inversiones depende de dos factores:

  • El impacto de los activos/empresas subyacentes destinatarios de las inversiones, denominado “impacto de las empresas”.
  • La contribución de los inversores a que las empresas alcancen ese impacto, denominado “impacto de los inversores”.

Tanto el “impacto de las empresas” como el “impacto de los inversores” son claramente aplicables tanto a los mercados públicos como a las inversiones privadas. 

Impacto de las empresas

No existe un consenso claro sobre lo que se considera impacto de las empresas y cómo debe cuantificarse. El Chartered Financial Analysts Institute ha intervenido recientemente en el debate para encuadrar diversos modelos de impacto en tres categorías:

  • Centradas en el impacto: son aquellas empresas que generan ingresos a partir de actividades o productos que tienen un impacto positivo directo en la sociedad y/o el planeta. Este modelo depende de la necesidad continuada de tales productos o servicios.
  • Impacto a través de las operaciones: el impacto positivo se genera a partir tanto de la entrega de bienes y la prestación de servicios de la empresa como de sus operaciones –p. ej., creando empleo donde más se necesita o eligiendo opciones de suministro respetuosas con el medio ambiente. Este impacto positivo puede conllevar un coste adicional para la empresa.
  • Intersubvención: empresas cuyas principales actividades generadoras de ingresos les permiten mantener una actividad secundaria que, aunque genere pocos o nulos ingresos, tiene un impacto positivo.

Aplicando este marco, existen muchas oportunidades de invertir en empresas que incorporan uno o más de estos tres tipos de impacto empresarial, tanto en mercados públicos como privados.

Otra cuestión objeto de debate es cómo cuantificar y demostrar el impacto de las empresas, es decir, la eficacia de la inversión.

Como los inversores en private equity tienen más voz y voto en el modo en que las empresas en las que invierten gastan su dinero, puede resultarles más fácil demostrar el impacto positivo –si, por ejemplo, promueven un producto o servicio específico. Sin embargo, los mercados privados también suelen presentar unos niveles de divulgación de información y de datos disponibles inferiores a los de los mercados públicos. Así pues, aunque los inversores en mercados privados puedan tener un mayor control a la hora de destinar el capital, puede resultarles difícil cuantificar su impacto.

En el caso de las empresas cotizadas la cuantificación también es complicada, pero suelen contar con una mayor transparencia, una mayor divulgación de información y, a menudo, mejores instrumentos para cuantificar el impacto. Para ello, se están definiendo las mejores prácticas sectoriales y se están estableciendo marcos.

Por ejemplo, en 2023, unas 23.000 empresas revelaron información sobre sus resultados medioambientales a la plataforma sin ánimo de lucro Climate Disclosure Project, frente a las 9.526 que lo hicieron en 2020. En conjunto, representan una capitalización bursátil de 67 billones de USD. De ellas, el 38% facilitó información sobre sus resultados medioambientales relativos no solo al clima, sino a otras cuestiones relacionadas con la naturaleza. Además, 97 de las 100 mayores empresas del mundo se comprometieron a informar conforme a las directrices establecidas por el Grupo de Trabajo sobre Divulgación de Información Financiera relacionada con el Clima (TCFD).

Las empresas cotizadas son objeto de un mayor escrutinio por parte de las organizaciones no gubernamentales y activistas y, por ende, por parte de la opinión pública, lo cual aumenta su necesidad de transparencia y de informes rigurosos. 

En lo que respecta al impacto de las empresas, existen argumentos de peso para afirmar que es mayor cuanto más grande es la empresa.

En nuestra estrategia Positive Change, seleccionamos entre tres y cinco indicadores clave de rendimiento (KPI) del impacto importantes y pertinentes para cada una de nuestras empresas con el fin de seguir la evolución de su impacto empresarial, los cuales están basados en los ODS y el marco de importancia del Consejo de Normas de Contabilidad de la Sostenibilidad. Pueden incluir, por ejemplo, las tasas de reciclaje de un fabricante de semiconductores, el porcentaje de préstamos a colectivos de bajos ingresos de un banco o la reducción de envases de plástico de un supermercado.

Como muestra de empresa con un claro impacto positivo cabe citar a HCA Healthcare, el mayor proveedor de servicios sanitarios de EE.UU. con más de 180 hospitales y 2.000 centros asistenciales.

Atendió a 37 millones de pacientes durante 2022, incluidos muchos acogidos a programas de financiación estatal, y tiene una cuota de mercado del 6% en servicios de hospitalización. El indicador de alineamiento con los ODS de Pictet muestra un fuerte alineamiento positivo con el ODS 3 (Salud y bienestar), mientras que los beneficios de la prestación de asistencia sanitaria para la reducción de la pobreza y la desigualdad se reflejan en los alineamientos positivos secundarios con el ODS 5 (Igualdad de género) y el ODS 1 (Fin de la pobreza).

Esta empresa centrada en el impacto puede ampliar el alcance de su contribución positiva aumentando sus ingresos y utilizando, al mismo tiempo, esa actividad principal para intersubvencionar la prestación de servicios benéficos a comunidades desatendidas. Los KPI importantes para el impacto de la empresa incluyen las hospitalizaciones de pacientes acogidos al programa Medicare, financiado por el gobierno de EE.UU., y la prestación de asistencia benéfico-sanitaria, además del número total de pacientes atendidos.

Impacto de los inversores

Aunque los inversores en empresas cotizadas no sean miembros del consejo de administración ni controlen directamente la gestión, sin duda sí pueden expresar y hacer valer su opinión.

Pueden contribuir de manera positiva de tres formas.

En primer lugar, los inversores en renta variable pueden ejercer su influencia a través de la propiedad activa mediante, por ejemplo, la interacción directa con los equipos directivos de las empresas y el voto por delegación.

En segundo lugar, facilitando el acceso y reduciendo el coste del capital de las empresas con productos o servicios medioambientales o sociales.

En tercer lugar, mediante el fomento de las inversiones y los análisis de impacto, los inversores pueden difundir nuevos conocimientos e integrar los principios de la inversión de impacto en el conjunto del ecosistema financiero.

De estas tres opciones, la propiedad activa es, probablemente, la que puede tener un mayor impacto. Numerosos estudios han analizado los efectos de la interacción del accionariado a través de la participación activa de los gestores de activos. Han constatado que los inversores especializados pueden tener éxito a la hora de plantear a las empresas sus preocupaciones en materia de ASG. Aunque el porcentaje de éxito varía mucho, dependiendo de diversos factores, las investigaciones académicas han demostrado que puede llegar a ser hasta del 60%.

El equipo de la estrategia Positive Change de Pictet Asset Management cree que lo verdaderamente útil es dedicar tiempo a conocer plenamente las empresas para, posteriormente, abordarlas con objetivos que incrementen el valor y que impulsen la transición, ya que así se acelera y mejora el alineamiento de los productos y servicios de las empresas con los ODS o se mitiga el riesgo ASG.

Colaborar de esta manera con las empresas puede tener un impacto positivo considerable. Aunque los inversores deberían evitar atribuirse el éxito de las interacciones como un mérito exclusivamente propio, deberíamos celebrar los cambios que acaban llegando a buen término.

Para desarrollar y aumentar al máximo el impacto de las interacciones, los inversores en mercados públicos disponen de varias opciones.

Entre ellas se encuentran las colaboraciones bilaterales entre diferentes equipos de inversión de una misma gestora de activos, o entre gestoras de activos, así como las colaboraciones a cargo de terceros, como las de Farm Animal Investment Risk and Return (FAIRR), que suelen centrarse en un asunto o conjunto de asuntos concretos.

Las opciones de remisión a niveles jerárquicos superiores, que son muchas y variadas, incluyen la propuesta de resoluciones de los accionistas en las juntas generales anuales o incluso otras tácticas más atrevidas empleadas por los inversores activistas.

La venta de la participación en la empresa debe considerarse el último recurso, ya que denota más la incapacidad para impulsar el impacto de los inversores que para impulsar realmente el cambio.

En la estrategia Positive Change, preferimos adoptar el enfoque de colaboración: cooperar con las empresas con las que interactuamos para incentivar y acelerar el cambio.

En la breve historia de la estrategia figuran, entre otros ejemplos de avances fructíferos hacia la consecución de nuestros objetivos de interacción, los logrados con la empresa de servicios petrolíferos Baker Hughes, con la compañía energética estadounidense PG&E y con el gigante automovilístico Toyota.

Potencia de las baterías

Producción de automóviles Toyota por tipo y objetivos para los BEV

Fuente: Toyota. Datos a enero de 2024.

Tomemos a Toyota como ejemplo. La transición del sector automovilístico de los motores de combustión interna a los combustibles no contaminantes es esencial para desarrollar la sostenibilidad de la movilidad y las infraestructuras urbanas. Con una producción de 10,6 millones de automóviles en 2022, la magnitud de Toyota la convierte en una empresa clave para el éxito de la transición.

En nuestra opinión, pese a su liderazgo tecnológico histórico, la empresa se ha quedado rezagada con respecto a sus iguales en la transición a los vehículos de cero emisiones, y también hemos detectado algunos problemas en la estructura de su gobierno corporativo. Pictet AM estableció varios objetivos de interacción encaminados a fijar metas y acelerar la inversión en vehículos eléctricos y soluciones energéticas alternativas, además de otros destinados a mejorar la independencia del consejo de administración. Evidenciamos nuestra postura de manera explícita votando en contra del equipo directivo en una propuesta relacionada con el gobierno corporativo en la junta general anual y comunicando nuestros motivos directamente a Toyota, dejando clara nuestra posición como accionistas dispuestos a cambiar las cosas.

En 2023, Toyota se fijó un ambicioso objetivo de fabricación de 1,5 millones de vehículos eléctricos anuales para 2026, además de avances tecnológicos en las baterías de estado sólido (véase el gráfico). Las medidas adoptadas para simplificar las participaciones accionariales cruzadas y el establecimiento de procesos para mejorar el gobierno corporativo también demuestran que se han logrado avances positivos.

¿Fueron nuestras interacciones o nuestro voto por delegación los únicos catalizadores de los cambios? Tal vez no. Pero, sumados a los argumentos de otras partes interesadas, quizás hayamos contribuido a que se produjeran y hayamos generado un impacto positivo como inversores.

Incluso en los casos en que tan solo podamos contribuir en pequeña medida a impulsar cambios positivos, creemos que es nuestra responsabilidad hacerlo.

En resumen, las definiciones establecidas de la inversión de impacto ciertamente no impiden que los inversores en mercados públicos inviertan con impacto.

Es más, se podría argumentar que el impacto de las empresas puede ser incluso mayor en los mercados públicos y que, aunque el impacto de los inversores pueda tener una conexión más directa en las inversiones privadas, los inversores en mercados públicos también disponen de diversas posibilidades.

La interacción activa con las empresas para fomentar los cambios positivos puede tener, y de hecho tiene, un impacto cuantificable, además de ofrecer la posibilidad de crear valor para los inversores.

Estrategia positive change de Pictet Asset Management

  • Estrategia de renta variable global centrada en el impacto

    El equipo de inversión de nuestra estrategia Positive Change adopta un enfoque pragmático y prospectivo respecto al impacto de las empresas. En lugar de centrarnos únicamente en empresas con un impacto social o medioambiental positivo, buscamos mejorar el impacto y el potencial de impacto positivo, evaluado mediante un mayor alineamiento con los ODS de la ONU. Nuestro objetivo es invertir en empresas sólidas de todos los sectores del mercado y construir una cartera diversificada a nivel global.

  • La mejora del impacto como principal factor impulsor de la rentabilidad a largo plazo

    Nos centramos en la mejora del impacto porque creemos que es lo que impulsará la mejora de las rentabilidades de determinadas empresas y creará valor para los inversores. Esta mejora del impacto generará, a su vez, un impacto medioambiental y social positivo que impulsará los cambios positivos.

  • Inversión en la transición hacia un futuro sostenible

    Creemos que invertir en la transición permite a los inversores contribuir a impulsar y fomentar cambios reales. Creemos que los inversores que deseen invertir en la transición hacia un futuro sostenible deben tener en cuenta tanto a las empresas que tienen un impacto positivo como a las que tienen potencial, capacidad y voluntad de mejorar su impacto. Creemos que, a través de las interacciones específicas y la propiedad activa, se puede lograr el impacto de los inversores mediante el fomento y aceleración de un mayor alineamiento con los ODS y la mitigación del riesgo ASG.