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Con el estímulo de China, los países emergentes ganan

Renta fija
La incipiente recuperación de China, incentivada por sus rondas de estímulo, se suma al ritmo de crecimiento positivo de los mercados emergentes, intensificando los efectos de la bajada de los tipos de interés globales y de la normalización del comercio.
Estímulo de China

A finales de septiembre, la economía china se había deteriorado lo suficiente –el consumo y la inversión estaban disminuyendo y la deflación se estaba afianzando– como para obligar a Pekín a iniciar una ronda de estímulos monetarios de gran envergadura.

El recorte de tipos aplicado previamente por la Reserva Federal sirvió de ayuda a las autoridades chinas y dio margen al Banco Popular de China para bajar sus propios tipos sin correr el riesgo de depreciar el yuan en exceso. Las medidas totales, incluidos los recortes de tipos y el apoyo al mercado de renta variable, ascendieron a aproximadamente el 1,5% del PIB. Para finales de año se espera un plan de rebaja de impuestos –probablemente ajustado en función del resultado de las elecciones estadounidenses– por valor de un 1,6% adicional del PIB. Juntos deberían conseguir que la economía alcance el objetivo de crecimiento del 5% fijado por Pekín.

La confianza de los inversores aumentó en consecuencia. En una sola sesión, las acciones chinas se dispararon un 8,5%, su mayor subida en un solo día desde 2008. Desde su mínimo de enero, la rentabilidad total en dólares de la renta variable china ha sido de en torno al 43%.

La vuelta de China a su objetivo de crecimiento es una buena noticia para las demás economías emergentes. En términos más generales, estimula el apetito de riesgo de los inversores mundiales. Al mismo tiempo, el aumento del consumo y la inversión chinos incrementará la demanda de importaciones –las economías de la región están estrechamente vinculadas a China–, de viajes al extranjero y de inversión directa en el exterior por parte de las empresas chinas.

Fig. 1 – Impacto de China

Impacto de un aumento de las importaciones y del turismo chinos, % del PIB

*Suponiendo que el turismo chino recupere su nivel de 2019 (asciende a menos del 60% en la actualidad). Fuente: Pictet Asset Management, CEIC, Refinitiv. Datos a 01/10/2024.

Creemos que un repunte de la demanda interna debería ocasionar el retorno del crecimiento de las importaciones chinas a su media del 6% anterior a la pandemia, unos 5 puntos porcentuales por encima de las tasas actuales. El turismo chino hacia el exterior se encuentra todavía un 40% por debajo de su nivel de 2019.

La suma de la recuperación en estos dos ámbitos sería especialmente importante para las economías de la ASEAN, empezando por la de Tailandia –donde el comercio y el turismo chinos representan el 1,6% del PIB–, seguida del nordeste asiático, sobre todo Taiwán y Corea y, en menor medida, para Latinoamérica, donde Chile sería el principal beneficiario (véase la fig. 1).

La inversión directa de China en el extranjero, que aumenta estructuralmente como respuesta a la disminución de su población y a las tensiones comerciales con EE.UU., depende en gran medida del crecimiento económico y de los beneficios reinvertibles de las empresas. Camboya y Laos reciben la mayor parte de estas inversiones en proporción a su PIB –más del 3% y el 7% respectivamente– y, de entre los países emergentes más grandes, Vietnam es el que puede salir más beneficiado.

Fig. 2 - Efectos en las divisas

Sensibilidad al renminbi de las principales divisas emergentes

*La regresión de Frankel-Wei de dos pasos sucesivos (promedio con CAD, NZD y CHF como unidad de cuenta) indica la fluctuación media de la divisa para una fluctuación del 1% del renminbi. Fuente: Pictet Asset Management, CEIC, Refinitiv. Datos a 01/01/2024.

El renminbi también se ha fortalecido gracias al programa de estímulo de China, ante las previsiones de un mayor crecimiento y de una reducción del diferencial de tipos entre China y EE.UU. –se espera que el Banco Popular de China recorte menos que la Fed. También es probable que se beneficien las divisas estrechamente vinculadas al renminbi, sobre todo el won coreano, el baht tailandés y el rand sudafricano (véase la fig. 2). Esto podría impulsar aún más la integración de la región en una zona renminbi.

La sensibilidad media de las divisas asiáticas a las fluctuaciones del renminbi era nula en una fecha tan reciente como el año 2009. A mediados de 2024, había aumentado a más del 20%. Dicho de otro modo: una subida del 10% del renminbi, que hace 15 años no repercutía en las divisas asiáticas, actualmente provoca una subida media del 2%, y de más del 5% en el caso de la divisa más sensible al renminbi: el won coreano.

Teniendo en cuenta que el crecimiento de las economías emergentes ya está a punto de superar al de los países desarrollados, el estímulo de China podría ampliar aún más ese diferencial. Esto debería favorecer a los activos emergentes.

A lo largo de este mismo año, la rentabilidad de los mercados de renta variable y renta fija emergentes ha sido escasa. Pero últimamente han empezado a recuperarse. Así pues, aunque la rentabilidad de la renta variable emergente sigue siendo un 4% inferior a la de los mercados desarrollados, ha subido un 5% desde sus recientes mínimos. Mientras tanto, la renta fija emergente ha subido un 4% desde sus mínimos y ahora su rentabilidad supera a su equivalente desarrollada en un 0,7% (véase la fig. 3).

Fig. 3 - Diferencial emergente

Mercados de renta fija emergente y desarrollada, base reajustada a 01/12/2002 = 100

*JPM Global Diversified (soberana emergente global en moneda local). **JPM GBI (soberana desarrollada global). Fuente: Pictet Asset Management, CEIC, Refinitiv. Datos del período comprendido entre el 01/12/2002 y el 01/10/2024.

Además, el estímulo de China se suma a los efectos positivos que generan sobre las economías emergentes tanto la relajación monetaria estadounidense como la normalización gradual del comercio mundial y la estabilización del dólar.

La Fed contribuye en gran medida a la flexibilización de las condiciones monetarias mundiales. Sus recortes de tipos benefician a los mercados emergentes a través de tres vías principales. En primer lugar, reducen el riesgo de que se produzca una desaceleración grave de la economía estadounidense y, por consiguiente, favorecen la confianza en general. En segundo lugar, permiten que los bancos centrales de los mercados emergentes recorten sus propios tipos de interés sin temor a depreciar sus monedas –lo cual tendría consecuencias inflacionistas. Y, en tercer lugar y como efecto más importante, reducen el coste del servicio de la deuda denominada en dólares. Dado que los deudores soberanos y corporativos emergentes suelen contraer préstamos en dólares, esto reduce su vulnerabilidad al incumplimiento y libera el capital para invertirlo de manera más productiva tanto en el sector público como en el privado. Un dólar más débil también puede impulsar al alza los precios de las materias primas, lo cual beneficia a los países productores.

Hasta hace poco, la rentabilidad total de los activos emergentes se ha visto impulsada por aquellos países emergentes que cuentan con bases manufactureras sólidas y que son acreedores del resto del mundo. Sin embargo, la evolución reciente de China y EE.UU. hace posible que los países emergentes deudores también puedan generar una rentabilidad superior, aunque esta dependa de la recuperación de los precios de las materias primas y del resultado de las elecciones estadounidenses.