La cantidad de acciones ideal puede determinarse en función de diversos criterios.
Según el más clásico, cuanto más joven sea el ahorrador, mayores riesgos puede permitirse correr con su patrimonio financiero. Por tanto, más acciones puede llegar a poseer sin exponer sus ahorros. Según este criterio, conforme vaya haciéndose más mayor, deberá ir neutralizando su cartera en cuanto al riesgo de los mercados y, por tanto, deshaciéndose progresivamente sus acciones.
Hay que matizar este criterio. Un joven que desee aprovechar sus ahorros para comprarse una vivienda, por ejemplo, ante todo no debe invertir estas sumas en los mercados. En caso de desplome financiero, su aportación personal podría volatilizarse y verse obligado a aplazar su proyecto varios años. Por el contrario, las personas mayores que ya sean propietarias de su residencia principal, que cuenten con una conveniente pensión de jubilación y con disponibilidad inmediata de grandes cantidades de liquidez no tendrán ningún interés en reducir su cartera de acciones. En épocas más prósperas que el periodo por el que estamos atravesando, las acciones les han reportado dividendos de forma regular, mientras que en los últimos años se ha producido una reducción muy acusada de la tasa de rentabilidad de los valores de renta fija, considerados más seguros. De esta forma, esta recomendación de ir deshaciéndose de la cartera de inversiones conforme uno se va haciendo mayor no es aplicable a todos los casos.
El dinero invertido en acciones debe considerarse como no disponible durante diez años
Por otra parte, la mayoría de los ahorradores puede guiarse por otro criterio: el dinero invertido en acciones debe considerarse como no disponible durante diez años o más. La Bolsa es una inversión a largo plazo. Si bien las turbulencias de los mercados acaban, por lo general, asimilándose con el tiempo, precisamente obligan a los inversores a tener que esperar largos periodos.
Esto supone que, antes de invertir en Bolsa, un ahorrador deberá disponer de una cantidad de liquidez considerable para hacer frente a imprevistos: la mayoría de los especialistas recomiendan poseer entre tres y seis meses de salario en las cuentas inmediatamente disponibles.
Para invertir, no hay que esperar a encontrar el mejor momento para entrar en el mercado
Un ahorrador que no sea propietario pero que prevea serlo, deberá mantener la mayor parte de sus ahorros protegida de las turbulencias de los mercados. Para los que ya hayan comprado su vivienda, cuanto más avanzado lleven el pago de devolución del crédito, más posibilidades tendrán de exponer una parte importante de sus ahorros.
Todas estas recomendaciones parecen desalentadoras para quienes deseen aprovechar las mejores oportunidades en un mercado en el que determinados valores se mantienen bajos. Sin embargo, no deben darse por vencidos: la manera más racional de obtener rentabilidad de nuestro dinero en Bolsa consiste precisamente en no buscar nunca el punto más bajo para entrar en el mercado sino, al contrario, ir invirtiendo pequeñas cantidades en el marco de inversiones regulares.
Cuestiones esenciales a tener en cuenta
- A muchos particulares les interesa el mercado de las acciones pero no saben qué cantidad de sus ahorros invertir.
- Razonar en función de la franja de edad no siempre es la mejor manera de dar con la asignación ideal.
- Antes de invertir en Bolsa, es importante contar con unos ahorros preventivos, cuya cuantía debe ser dos veces mayor en el caso de los que posean ingresos irregulares.